domingo, 21 de noviembre de 2010

No Sé de Qué Quiero Escribir

Sólo sé que me estoy sintiendo como el ajo, que emergen de mis huesos y mis músculos recuerdos que me humillan y duelen: pre-persona, no-persona, no sé qué clase de persona soy. A veces siento verguenza de cada pequeña cosa que escribo, digo o hago, como si no tuviera ni derecho a existir.

Cuando no obtengo respuesta de la gente me preocupo y tampoco me doy cuenta de que no todo el mundo percibe como yo. Soy una rematada idiota ingenua pelotuda: soy mujer? NO, sólo soy una rematada pelotuda que tiene por género mujer. Medio ahogada por esta rutina asfixiante y sucia. Una oficina inútil en medio del living -para cuidar a los niños- que sirve para que los más viejos me llenen de ruido y de ruido y no me puedo concentrar. Y el ruido de mi cabeza, permanece. Lo peor, sin embargo, es la sensación de depresión, de ser vieja e invisible y no importar a nadie: para el bebé soy una teta, para el padre soy un coño, para las hijas un par de orejas y manos para servir y acariciar. Y por dentro, el volcán bulle: mira adonde dejas la basura, dice la canción. Y me siento a punto de explotar. Se acumulan en mis pechos las respuestas. Por mi parte, tampoco, Pizarnik, puedo más. Pero sabes que? tampoco importa. Infierno y realidad son uno mismo. Lo que no cambio ahora no será. Mis hijos prevalecen y yo prevalezco y florezco ahora, ya.

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