domingo, 21 de noviembre de 2010

Tellier Jorge

Tal vez sea uno de los últimos poetas, si entendemos por tales a quienes tienen una visión distinta de la realidad, capaces de no perder las facetas enriquesedoras del asombro, generalmente inconformistas e incomprensibles para su época. Fue quien mejor supo aunar las imágenes de un realismo secreto, fundado no sólo en las nostalgia del pasado, sino también en la nostalgia del futuro, donde se puede vivir de una manera más humana y tangible para los demás:

"No fue el helado viento

quien marchitó las ramas.Quien marchitó las ramas fui yo, que les conté

mis sueños."

SENTADOS FRENTE AL FUEGO

Sentados frente al fuego que envejece

miro su rostro sin decir palabra.

Miro el jarro de greda donde aún queda vino,

miro nuestras sombras movidas por las llamas.

Esta es la misma estación que descubrimos juntos,

a pesar de su rostro frente al fuego,

y de nuestras sombras movidas por las llamas.

Quizá si yo pudiera encontrar una palabra.

Esta es la misma estación que descubrimos juntos:

aún cae una gotera, brilla el cerezo tras la lluvia.

Pero nuestras sombras movidas por las llamas

viven más que nosotros.

Sí, ésta es la misma estación que descubrimos juntos:

-Yo llenaba esas manos de cerezas, esas

manos llenaban mi vaso de vino-.

Ella mira el fuego que envejece.



Fragmentos de algunos poemas del autor:

"Trenes que no has de beber..."

Yo me invito a entrar

a la casa del vino

cuyas puertas siempre abiertas

no sirven para salir.

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Viajemos, antes que las aves

den comienzo al verano,cuando vuelvan al estero en busca de su olvidada imagen.

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Un amigo del sur

me ha enviado una manzana demasiado hermosa

para comerla de inmediato.

La tengo en mis manos:

es pesada y redonda

como la Tierra.

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Una locomotora de lata

abandonada en la basura

Una araña teje en ella su red

y sólo atrapa una gota de rocío.

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Hay que amar la locomotora como a un gran animal doméstico

amar sus resoplidos,

sus nubes de vapor;

la lluvia de hollín con que te bautiza cada estación.

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El invierno de la realidad oculta una Bella Durmiente y ella despertará con las palabras de los poetas de hace uno o dos mil años.

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Solo nos queda mirar la luz de luciérnaga,

ese débil chispazo de la hoguera del verano

más débil que la memoria de una ola.

Miremos la luz de la luciérnaga.

A ella se ha reducido el mundo.

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Eres el único habitante

de una isla que solo tú conoces,

rodeada del oleaje del viento

y del silencio rozado apenaspor las alas de una lechuza

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No soñamos

con ser médicos ni abogados,

ni empleados de banco. Para otros está

el pasear como tenientes con las buenas muchachas del pueblo (sin embargo, cuánto daríamos para que

apareciera una mujer en el frío

lecho de estudiante).

Camino

con el cuello del abrigo alzado

esperando aparecer luces

de algún perdido bar

mientras huellas de amores

que nunca tuve

aparecen en mi corazón

como en la ciudad los rieles de los tranvías que dejaron

hace tanto tiempo de pasar.

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Cuando todos se vayan a otros planetas

yo quedaré en la ciudad abandonada

bebiendo un último vaso de cerveza,

y luego volveré al pueblo donde siempre regreso

como el borracho a la taberna

y el niño a cabalgar

en el balancín roto.

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Ninguna ciudad es más grande que mis sueños

Volveré al invierno del sur

cuando las raíces blanquedas por la lluvia

muestren la calavera del tiempo

bajo el sorpresivo vuelo de carbón y nieve

de queltehues que no se cansan de pedir agua.

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ARTE POETICA

(VICENTE HUIDOBRO)

Que el verso sea como una llave

Que abra mil puertas.

Una hoja cae; algo pasa volando;

Cuanto miren los ojos creado sea,

Y el alma del oyente quede temblando.

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;

El adjetivo, cuando na da vida, mata.

Estamos en el ciclo de los nervios.

El músculo cuelga,

Como recuerdo, en los museos;

Mas no por eso tenemos menos fuerza:

El vigor verdadero

Reside en la cabeza.

Por qué cantáis la rosa, ¡oh, Poetas!

Hacedla florecer en el poema;

Solo para nosotros

Viven todas la cosas bajo el Sol.

El poeta es un pequeño Dios.


http://html.rincondelvago.com/jorge-teillier.html

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